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EL CRISTAL DE CAMARA.

El cristal de cámara o doble vidrio, también comúnmente denominado “climalit” (denominarlo solo así seria erróneo, ya que climalit es solo una marca, no un tipo de cristal, es como decir que todos los yogures son danone), por fin ha desplazado ya al cristal monolítico (vidrio sencillo). Por calidad, prestaciones y un precio asequible el vidrio de cámara es indispensable en cualquier tipo de carpintería. Los otros dos tipos principales de cristales son el laminar, que ya lo he explicado en el apartado de seguridad y el templado, que ya lo citare más adelante.
Un cristal de cámara esta formado por dos unidades de cristal sencillo, unidos por un marco tubular de aluminio, relleno de un material de sílice antihumedad y sellado con silicona de poliuretano. Los dos cristales junto con la cámara central, proporciona un eficaz aislamiento térmico y acústico.
Hoy en día, cuando inicio un trabajo de carpintería de aluminio ya doy por sentado que el cristal sea de cámara y solo pregunto si lo desean transparente o opaco y su composición. ¿Y que es la composición? Como ya he mencionado, un cristal de cámara esta compuesto por dos cristales y el marco aislante que los separa. Estos dos cristales serán como mínimo de 4mm de grosor y la cámara con un mínimo de 6mm. Como es lógico cuanto mayor sea el grosor de los cristales y la anchura de la cámara, mayor será su aislamiento. Así, considero que la composición mínima aceptable para un cámara sea de un 4/8/5 para una ventana pequeña y un 4/10/5 para una más grande. Para un mayor aislamiento siempre es recomendable que el cristal exterior sea más grueso que el interior. A partir de estas composiciones y dependiendo del tipo de perfil y las necesidades del cliente podemos aumentar el grosor del cristal o la anchura de la cámara para una mayor eficiencia. Una solución acertada seria la de colocar en el exterior del cámara un cristal laminar, que además de un mayor rendimiento térmico y acústico nos proporciona una seguridad adicional.
Hoy en día la preocupación por el ahorro energético ha provocado que en el mercado del cristal de cámara hayan innovaciones constantes en este sentido. Diversos tratamientos en el cristal hacen que su rendimiento tanto térmico como acústico mejore. En este sentido son los cristales de “control solar” y “bajo emisivo” para el ahorro energético o los “silence” para el tema acústico. También y como gran novedad ha salido al mercado los cristales con doble cámara, o sea, un cristal compuesto por tres vidrios diferentes unidos por dos cámaras.
Para no hacerme pesado y no extenderme demasiado, estas novedades y tratamientos especiales les dedicare otros posts a parte en otro momento.

LOS CRISTALES (II). TRATAMIENTOS CONTROL SOLAR, BAJO EMISIVO Y SELECTIVE.

Para una mayor eficiencia energética en los cristales, se han desarrollado unos tratamientos a base de una capa metálica neutra con un alto contenido en plata y otros óxidos metálicos, que mejoran sus prestaciones en el campo del aislamiento térmico. Estos tratamientos se pueden aplicar a cualquier tipo de cristal ya sea cámara, laminado o templado.
El tratamiento de “control solar” en el vidrio, reduce el exceso de radiación solar, restringiendo el paso de los perjudiciales rayos uva. De este modo, ofrece una mayor transparencia y luminosidad ya que evita los reflejos. El tratamiento de “bajo emisivo”, reduce al mínimo la pérdida de calor en el interior, permitiendo a la vez la entrada de calor del exterior.
Algunos fabricantes, entre ellos SSV, han añadido estos dos tratamientos a un mismo cristal de cámara. Combinados estos dos tratamientos, tenemos un vidrio “selective”, que va más allá de los requerimientos exigidos por el CTE (Código Técnico de Edificación). Así, en verano impide la entrada de calor excesivo y en invierno, la pérdida del calor interior, por lo que el ahorro energético de aire acondicionado, calefacción y luz artificial (ya que recordemos que con estos tratamientos el cristal aumenta su luminosidad), es considerable. Este ahorro, compensa con creces el incremento del coste del cristal (en 6 meses está ya mas que amortizado) y además ayudamos así a la reducción del CO2 a la atmosfera.

LOS CRISTALES (III). EL LAMINAR, TRATAMIENTO “SILENCE” Y OTRAS APLICACIONES.

El cristal laminar, comentado ya en el apartado de seguridad, (ver La seguridad... (I). Los cristales) tiene otras aplicaciones aparte de la de seguridad. Incluido en un cristal de cámara y siempre en la cara exterior, ofrecerá ademas de seguridad, una solución efectiva al ruido. Si le añadimos además que este cristal laminar tiene un tratamiento antiruido o “silence”, es un complemento ideal en el vidrio de cámara para solucionar los problemas de ruido. Este laminar, sustituye el butilo normal por uno de especiales prestaciones acústicas. En un cámara, este tipo de cristal, se puede combinar con los otros tratamientos térmicos. Fabricantes como SSV, añaden una inyección de gas SF2 en la cámara del cristal, para un mayor aislamiento acústico.
Un buen cristal es imprescindible para un buen aislamiento tanto acústico como térmico ya que hay que tener en cuenta que el cristal ocupa un 75% de la superficie total de la ventana. Una buena composición seria un cristal de cámara, con un laminar “silence” 3+3, cámara de 12mm y cristal interior de 5mm, con una perfileria en RPT y preferiblemente de cierre practicable o correderas de altas prestaciones (elevable u osciloparalela).
Otras aplicaciones para el laminar, ademas de la seguridad y la acústica, es la estética. Como el laminar lleva un butilo central, se aprovecha para colorear dicho butilo y así ofrecer un cristal laminar practicamente en cualquier tono y color, para aplicaciones decorativas, fachadas, en tejados o en barandas. Es el denominado vidrio laminar decorativo vanceva.
Tambien los podemos encontrar en escaleras y tragaluces “pisables”, ya que además de la seguridad que ofrece el laminar, para determinadas aplicaciones y para su mayor resistencia, el cristal laminar se templa.

LOS CRISTALES (IV). TEMPLADOS

El templado consiste en calentar el cristal en un horno a 650º (punto de ablandamiento), para posteriormente enfriarlo uniformemente con chorros de aire frio comprimido, provocando así un choque térmico. La superficie del vidrio se enfria rápidamente, mientras que en el interior se continua dilatando, cargándose de energía y equilibrando y distribuyendo las tensiones uniformemente, lo que provoca una mayor capacidad de resistencia mecánica, de flexión, dureza y resistencia contra los impactos y resistencia también contra los grandes cambios de temperatura y al viento.
La energía que queda en el cristal es la que provoca que en el caso de producirse una rotura del cristal, este se fragmenta totalmente en pequeños trozos, evitando así que se produzcan heridas profundas. Es por ello que los vidrios templados son considerados de seguridad.
El templado no afecta a las características estéticas propias del vidrio como la transparencia, es por ello que estos cristales son los ideales para puertas tipo “Vidur”, mamparas de baño, escaparates, barandas, fachadas y construcciones arquitectónicas integramente en vidrio.
Todas las manufacturas (cortes, taladros, muescas..) se hacen antes del proceso de templado. En los templados-laminados, primero se templa y luego se lamina.

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Los otros dos tipos principales de cristales son el laminar, que ya lo he explicado en el apartado de seguridad y el templado, que ya lo citare más adelante. Un cristal de cámara esta formado por dos unidades de cristal sencillo, unidos por un marco tubular de aluminio, relleno de un material de sílice antihumedad y sellado con silicona de poliuretano. Los dos cristales junto con la cámara central, proporciona un eficaz aislamiento térmico y acústico. Hoy en día, cuando inicio un trabajo de carpintería de aluminio ya doy por sentado que el cristal sea de cámara y solo pregunto si lo desean transparente o opaco y su composición. ¿Y que es la composición? Como ya he mencionado, un cristal de cámara esta compuesto por dos cristales y el marco aislante que los separa. Estos dos cristales serán como mínimo de 4mm de grosor y la cámara con un mínimo de 6mm. Como es lógico cuanto mayor sea el grosor de los cristales y la anchura de la cámara, mayor será su aislamiento. Así, considero que la composición mínima aceptable para un cámara sea de un 4/8/5 para una ventana pequeña y un 4/10/5 para una más grande. Para un mayor aislamiento siempre es recomendable que el cristal exterior sea más grueso que el interior. A partir de estas composiciones y dependiendo del tipo de perfil y las necesidades del cliente podemos aumentar el grosor del cristal o la anchura de la cámara para una mayor eficiencia. Una solución acertada seria la de colocar en el exterior del cámara un cristal laminar, que además de un mayor rendimiento térmico y acústico nos proporciona una seguridad adicional. Hoy en día la preocupación por el ahorro energético ha provocado que en el mercado del cristal de cámara hayan innovaciones constantes en este sentido. Diversos tratamientos en el cristal hacen que su rendimiento tanto térmico como acústico mejore. En este sentido son los cristales de “control solar” y “bajo emisivo” para el ahorro energético o los “silence” para el tema acústico. También y como gran novedad ha salido al mercado los cristales con doble cámara, o sea, un cristal compuesto por tres vidrios diferentes unidos por dos cámaras. Para no hacerme pesado y no extenderme demasiado, estas novedades y tratamientos especiales les dedicare otros posts a parte en otro momento. LOS CRISTALES (II). TRATAMIENTOS CONTROL SOLAR, BAJO EMISIVO Y SELECTIVE. Para una mayor eficiencia energética en los cristales, se han desarrollado unos tratamientos a base de una capa metálica neutra con un alto contenido en plata y otros óxidos metálicos, que mejoran sus prestaciones en el campo del aislamiento térmico. Estos tratamientos se pueden aplicar a cualquier tipo de cristal ya sea cámara, laminado o templado. El tratamiento de “control solar” en el vidrio, reduce el exceso de radiación solar, restringiendo el paso de los perjudiciales rayos uva. De este modo, ofrece una mayor transparencia y luminosidad ya que evita los reflejos. El tratamiento de “bajo emisivo”, reduce al mínimo la pérdida de calor en el interior, permitiendo a la vez la entrada de calor del exterior. Algunos fabricantes, entre ellos SSV, han añadido estos dos tratamientos a un mismo cristal de cámara. Combinados estos dos tratamientos, tenemos un vidrio “selective”, que va más allá de los requerimientos exigidos por el CTE (Código Técnico de Edificación). Así, en verano impide la entrada de calor excesivo y en invierno, la pérdida del calor interior, por lo que el ahorro energético de aire acondicionado, calefacción y luz artificial (ya que recordemos que con estos tratamientos el cristal aumenta su luminosidad), es considerable. Este ahorro, compensa con creces el incremento del coste del cristal (en 6 meses está ya mas que amortizado) y además ayudamos así a la reducción del CO2 a la atmosfera. LOS CRISTALES (III). EL LAMINAR, TRATAMIENTO “SILENCE” Y OTRAS APLICACIONES. El cristal laminar, comentado ya en el apartado de seguridad, (ver La seguridad... (I). Los cristales) tiene otras aplicaciones aparte de la de seguridad. Incluido en un cristal de cámara y siempre en la cara exterior, ofrecerá ademas de seguridad, una solución efectiva al ruido. Si le añadimos además que este cristal laminar tiene un tratamiento antiruido o “silence”, es un complemento ideal en el vidrio de cámara para solucionar los problemas de ruido. Este laminar, sustituye el butilo normal por uno de especiales prestaciones acústicas. En un cámara, este tipo de cristal, se puede combinar con los otros tratamientos térmicos. Fabricantes como SSV, añaden una inyección de gas SF2 en la cámara del cristal, para un mayor aislamiento acústico. Un buen cristal es imprescindible para un buen aislamiento tanto acústico como térmico ya que hay que tener en cuenta que el cristal ocupa un 75% de la superficie total de la ventana. Una buena composición seria un cristal de cámara, con un laminar “silence” 3+3, cámara de 12mm y cristal interior de 5mm, con una perfileria en RPT y preferiblemente de cierre practicable o correderas de altas prestaciones (elevable u osciloparalela). Otras aplicaciones para el laminar, ademas de la seguridad y la acústica, es la estética. Como el laminar lleva un butilo central, se aprovecha para colorear dicho butilo y así ofrecer un cristal laminar practicamente en cualquier tono y color, para aplicaciones decorativas, fachadas, en tejados o en barandas. Es el denominado vidrio laminar decorativo vanceva. Tambien los podemos encontrar en escaleras y tragaluces “pisables”, ya que además de la seguridad que ofrece el laminar, para determinadas aplicaciones y para su mayor resistencia, el cristal laminar se templa. LOS CRISTALES (IV). TEMPLADOS El templado consiste en calentar el cristal en un horno a 650º (punto de ablandamiento), para posteriormente enfriarlo uniformemente con chorros de aire frio comprimido, provocando así un choque térmico. La superficie del vidrio se enfria rápidamente, mientras que en el interior se continua dilatando, cargándose de energía y equilibrando y distribuyendo las tensiones uniformemente, lo que provoca una mayor capacidad de resistencia mecánica, de flexión, dureza y resistencia contra los impactos y resistencia también contra los grandes cambios de temperatura y al viento. La energía que queda en el cristal es la que provoca que en el caso de producirse una rotura del cristal, este se fragmenta totalmente en pequeños trozos, evitando así que se produzcan heridas profundas. Es por ello que los vidrios templados son considerados de seguridad. El templado no afecta a las características estéticas propias del vidrio como la transparencia, es por ello que estos cristales son los ideales para puertas tipo “Vidur”, mamparas de baño, escaparates, barandas, fachadas y construcciones arquitectónicas integramente en vidrio. Todas las manufacturas (cortes, taladros, muescas..) se hacen antes del proceso de templado. En los templados-laminados, primero se templa y luego se lamina.
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